La tecnología ayuda a los estudiantes a mantenerse organizados, realizar investigaciones en profundidad y colaborar con sus compañeros. Por lo tanto, tus hijos también pueden usar estas habilidades en la universidad y en su vida profesional.
¿Qué dispositivos podrían necesitar los estudiantes? Las computadoras portátiles, las tabletas y los teléfonos inteligentes son los principales dispositivos utilizados por los estudiantes en la actualidad. Aunque tu hijo probablemente no necesite uno de cada uno, una calculadora gráfica a veces es una segunda necesidad para las clases y las pruebas estandarizadas.
Algunas escuelas secundarias tienen un programa uno a uno y entregan a los estudiantes una computadora portátil o tableta que pueden llevar a casa. Otras escuelas permiten que los estudiantes tomen prestados dispositivos mientras están en clase, o permiten que los estudiantes traigan su propio dispositivo.
Si bien los costos iniciales de comprar un dispositivo son comprensiblemente más altos, es posible que desee comprar uno de todos modos. No tendrás que devolverlo y se puede utilizar durante las vacaciones de verano y años posteriores sin coste adicional.
Ahorra dinero al comprar tu propia tecnología. Si decides comprar un dispositivo, es posible que puedas ahorrar dinero programando tu compra y comparando las compras.
Dónde encontrar la mejor oferta puede depender de lo que estés buscando, la época del año y las promociones únicas. Considera todas tus opciones y evalúa las ventajas y desventajas de comprar un dispositivo antiguo o usado.
En resumen:
Comprender la tecnología es una necesidad para muchos de los estudiantes y profesionales de hoy. Garantizar que los estudiantes tengan acceso a la tecnología en el hogar podría ayudarlos a sobresalir en la escuela y más adelante en la vida. Si bien algunos dispositivos pueden ser costosos, existen programas y oportunidades que pueden ayudarlo a ahorrar dinero si sabes dónde buscar.
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Este artículo está destinado a proporcionar información general y no debe considerarse un consejo de salud, legal, fiscal o financiero. Siempre es una buena idea consultar a un asesor fiscal o financiero para obtener información específica sobre cómo se aplican ciertas leyes a tu situación y sobre tu situación financiera individual.